CARLOS CASTAÑEDA Y LA PALABRA
Elsa Tió
La palabra como seducción, como experiencia,
como aliento de vida es lo
que va a determinar la vida de Carlos Castañeda, que sintió y llegó al
periodismo por el aire, cuando de niño quedó impresionado al oír por la radio
las noticias sobre la Segunda Guerra Mundial.
Sí, leyó las palabras del aire, las visualizó, supo tomarles el peso,
abrazarlas, intuirlas desde el primer momento. Porque no solo las escuchó, las
imaginó, las soñó, las palpó, las amó y las saboreó. Sintió su ritmo,
entendió su sustancia, su fuerza, su impacto y capacidad de comunicación,
gozaba con ellas, entendió que eran posible convertirlas en puente,
para llegar hasta el lejano lector o oidor.
Decía mi padre Salvador Tió que “la palabra es el retrato
de
una idea.“ Pues esa capacidad en grado sumo la tenía
intuitivamente, Carlos Castañeda. Su oído era una especie de
cámara que retrataba las palabras desde todos los ángulos,
conocía sus espacios, su cadencia, sus giros . Hasta por los sonidos veía
sus imágenes. Eso lo llevo desde muchachito a diseñar
entusiasmado periódicos pero ilustrando la información
con imágenes . Se amigaba con las palabras, por eso siendo un joven
estudiante en Cuba le tocó hacer una entrevista a un importante
pelotero que se sentía intimidado por el lápiz y el papel y el joven
periodista, como buen sicólogo, descarto esos instrumentos y los
sustituyo por su mejor grabadora, su mente , recogió las
palabras del aire y hizo una magnífica entrevista para sorpresa de todos, que
luego le gana una beca para estudiar periodismo.
No concebía un reportaje en que las palabras y la imagen
estuvieran divorciadas y debían ir acompañadas del del dibujo, de la
caricatura" que no es otra cosa que el chiste dibujado", como
decía mi padre , unido a un sentido del espacio, al diseño apropiado de
las letras. Sabía seducir con esos elementos, Castañeda arrojaba su
red de papel tinta, e imágenes, para pescar al
lector con la carnada de las palabras. De ahí su éxito. Su
visión amena, divertida de las letras lograron hacer que un
periódico de tan solo 5 mil ejemplares, se convirtiera en un periódico de
masas.
Su amor por la lectura, por la cultura, su conocimiento de la
historia de la ilustración de los libros antiguos, fueron vitales para poder
componer , madurar y transmitir esa visión unitaria e, influenciar su
época y más allá de ella. Le gustaba innovar con el fin de llegar a todos los
segmentos de la sociedad. Por eso estamos aquí .
Y ese trabazón entre la palabra y la imagen lo experimenté cuando
un día recibo una llamada de Carlos Castañeda. Recién había
publicado mi libro de poesía titulado Detrás
de los espejos
empañados. Fue al grano , enseguida me dijo que
él no había leído el
poemario pero que su mujer, que era maestra de literatura, le había
hablado del libro que merecía espacio y que él confiaba en su juicio. La
confianza se tradujo en una invitación al periódico para hacerme un
reportaje.Me llené de contentura y de ansiedad. Me puse a leer y a releer
toda la noche libros sobre creación literaria y sobre poesía.Quería
estar preparada ante cualquier pregunta. Y llegué al Nuevo Día cargada
de algunos libros y de doctas teorías literarias. Entre a la oficina de
Castañeda, era una oficina accesible, intensa y amigable. Me ve se
sonríe con cierta picardia y me pregunta intrigado,- chica pa’ que esos
libros, y le contesté que era para estar preparada para la entrevista. Y
con su típico acento cubano me dijo más cantando, que afirmando:
“Chica eso no lo lee nadie, no lo lee nadie”, y llamó al fotógrafo
que llegó sonriente, y aunque yo todavía no entendía qué tenía en mente
Castañeda, sentí una gran alivio que no dejé entrever. Prefiero dar
curso a la emoción poética leyendo un poema, que hablar sobre porque lo escribí
o qué quise decir al escribirlo.
Entonces El Nuevo Día estaba ubicado en Puerta de Tierra y me di cuenta
que la entrevista iba hacer fotográfica, cuando Castañeda mando a llamar al
fotografo nos fuimos caminando y charlando amistosamente,cruzamos el
Parque Luis Muñoz Rivera, llegamos a la parada 8, al mar y en la orilla me
esperaban un enorme y largo tronco seco , que el fotógrafo con buen
criterio convirtió en un asiento digno de una poeta, preferible a la silla de
una oficina con aire acondicionado. Los vientos alisios y el mar fueron
nuestra compañía .
El fotógrafo disfrutaba de tomar fotos,
hablábamos campechanamente de
todo, menos de poesía. Terminada la sesión, regresamos al periódico
recogí mi biblioteca ambulante y regresé a mi casa. Allí me
preguntaron como me había ido en la entrevista y les comenté que sólo me habían
tomado fotos.
A los pocos días fui agradablemente sorprendida.En las páginas
centrales del periódico aparecía una composición bellísima, en las
que se entrelazaban el ritmo, la imagen y la palabra. En el extremo
derecho, arriba, en letras pequeñas una breve reseña de mi libro que
apareció en Radio Nacional Española, al otro extremo mi foto en el tronco
marino. En el centro y a gran escala unas flores negras con
toques azules dibujadas por Díaz de Villegas, pero
protagonizando ambas páginas 6 poemas se adueñaron de las páginas del los
espacios.. Todos colocados de forma atractiva, las palabras poetas
renacían en aquel montaje, invitaban a leer. No fue solo que salieron
muchos poemas en la prensa, la clave fue cómo aparecieron, los hizo lucir, les
dio vida. Oportuna la frase de García Lorca, otro enamorado de la palabra y la
imagen, cuando estando mi padre estudiante en Madrid, le
repetía “Tió, en la forma es que esta la creación.“
Y eso lograban esas páginas centrales, tenían gracia, ritmo
y belleza. Y es que el periodista que habitaba en Carlos Castañeda lo
tenía concebido desde antes de que yo llegará a la cita. No fue que se le
ocurrió que hacer después. Castañeda, tenía una idea muy
clara desde que me llamó. Y el reportaje, por su estilo y forma
lo convirtió en otro poema. Creo que también esa página, ese destaque
mágico fue de muchas formas un homenaje a la poesía en general. Era un
mensaje.
La página causó sensación, el periódico,no solo elogiaba con ellos
la calidad de unos poemas, fue más allá, también prestigiaba con
ello a la poesía y a los poetas. Cosa que no no era común en ese
momento y menos ahora.
Aunque hay que señalar que algunos periódicos del siglo XIX en
P.R., todos de muy corta duración, porque así como aparecían cerraban ,
desaparecían ante la contante persecución a la que estaban
sometidos, hubo algunos que sí recurrieron a la caricatura, al
diseño. Y también los poemas frecuentaban de vez en cuando
aquellas páginas clandestinas y apasionadas. Recordemos que muchos de
nuestros líderes de entonces fueron poetas , y los versos nos defendían
de la opresión. Oportuno mencionar aquí, en la Fundacion LMM otro
enamorado del periodismo que sintió ese llamado,esa necesidad de
comunicarse, esa vocación por la palabra
también desde muy joven. Me refiero Luis
Muñoz Rivera , que durante 30 años público un artículo diario y definió
en verso siendo muy joven su vocación de periodista.
cuando
escribió
“Ser periodista,
dirigir las masas;
engendrar las
corrientes populares;
luchar por las
ideas luminosas
y por las
grandes causas...”
Pero el periodismo moderno parecía incapaz
de enamorar,
de renovar ese trabazón entre arte y letra, en ese enamoramiento feliz en
el que Castañeda se manejaba sin ninguna dificultad, era su fiel y
audaz don Juan. Sin embargo aunque la
poesía sigue marginada en los medios de comunicación
social, Castañeda supo distinguirla y debo recordar que
un día de las madres, mi poema a la maternidad
titulado Oración de mi entraña fue portada de El Nuevo
Día, no creo que eso haya pasado en ningún periódico de masas. Lo
que demuestra su sensibilidad,y amor por las palabras no sólo noticiosas, sino
también por las poetas.
Castañeda creó un ambiente amigable para la cultura, aunque en lo
político el periódico no ejercía atracción a muchos artistas, ya que
la mayoría de los creadores no somos estadistas, el supo
superar esa al ejercer su liderato con su personalidad entusiasta y
apasionada . Se ocupaba de llamar personalmente a artistas,
creadores, escritores. Era un radar estaba pendiente de descubrir talento
y calidad y lo buscaba donde quiera que se encontrara, para crear
un nuevo un espacio cultural .
De esa forma llegaron al periódico voces nuevas como lo
fue entonces Edgardo Rodríguez Juliá, Rafael Castro
Pereda, Carmen Dolores Hernández, y artistas de la talla de
Juanito O’neil que también trabajaba para Claridad y
Arnaldo Roche, hasta entonces desconocido, entre otros.
La sección Por Dentro, dirigida por Gloria Leal fue otro buen
ejemplo de cómo se le dio paso al quehacer cultural. Trabajaba yo
entonces en la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades y bastaba hacer
una llamada a su oficina para que reseñaran las actividades que auspiciábamos,
o nos decían que pasaran los la redacción, y los propios directores de programa
llegaban al periódico, y sin comunicados previos,eran acogidos con
interés, sin claques. Era una tribuna abierta, viva, y guardo ese mismo
recuerdo también del periódico El Mundo cuando llamaba a la sección
cultural.
Pero El Día tenía fama de transformar artísticamente la
información, eso era parte de la visión de Castañeda. La palabra
no se podía poner de cualquier forma, había un maridaje con los fotógrafos que
también eran periodistas visuales, con los dibujos y
caricaturas, todo estaba en función de la palabra, de buscar la noticia.
Sabía que no hay nada que retrate mejor que las palabras , un árbol
seco, es una imagen de por sí, pues la imagen debía ser fiel a las
palabras, sugerir, añadir, completar la idea, como el verbo era
fundamental para los titulares periodísticos de impacto.. Fue un
periodista y un maestro natural, no guardaba para si sus claves,
gustaba como buen maestro compartí sus conocimientos eso fue
parte de su misión . Gloria Leal nos cuenta que luego de retirado cuando
diseñaba El Nuevo Herald se convierte en maestro de periodista de
17 países y cambiaba formatos, las formas de trabajar en
la mesa, sabía jerarquizar la noticia , e insistía en usar la palabra concisa
de impacto., en decir más con menos.
Ser periodista era su pasión, inseparable de su sentido estético y
ético. En Castañeda habitaba un sociólogo natural, estudiaba, entendía al
público a quien se dirigía y preveía el mundo del futuro. Analizaba los cambios
y los gustos de los lectores del nuevo milenio. Pero
siempre fue partidario, como él mismo lo expresara en una conferencia
en la Universidad de San Salvador en 1993 y cito: “del concepto de la
calidad total, era imprescindible el sentido de excelencia en su contenido y en
su presentación”.
También lo oímos de sus palabras en Argentina en 1995 en la
Universidad de la Plata, alertando que la clave no es reinventar, es volver a
las raíces y para ello se requería y cito “noticias escritas con
concisión, fuerza dramática, sin superficialidad. Un diseño legible que
estimule la lectura”.Se entusiasmaba con las posibilidades que se creaba
con la Macintosh, en la composición gráfica en función del diseñador y del
propio periodista, que no podía estar ajeno a ese proceso.
Era
un hombre culto y gran lector. Trabajaba para los Ferré pero
eso no le impedía ser admirador del social- demócrata que había en Muñoz Marín,
y expresarlo sin problemas.
No puedo abstraerme de decir que soy hija de un escritor que
sentía el periodismo como parte de su ser, por eso Salvador Tió escribía Desde
el Tuétano, donde se forma la sangre . por eso escribió, “a orgullo
tengo llamarme periodista y como testigo de la historia la he de seguir
contando como la veo. No escribo para populares, para estadistas o para
independentistas , escribo para puertorriqueños. No escribo con fines
electorales. Escribo con propósito de interpretación histórica.”
La búsqueda de talento de Castañeda no se limitó al ámbito cultural,
también lo llevó a destacar y darle gran importancia al periodismo de
opinión. Entonces el periódico, bajo la sección de Perspectiva colocaba
las columnas a página entera, hacían su entrada triunfal en las
primeras páginas, desde la página 3 del periódico. Imposible que pasaran
desapercibidas.
Para Castañeda no bastaba esa entrada triunfal para validarla
lo importante no era sólo que fueran artículos de opinión, tenían
que estar escritos por buenas plumas, ágiles que invitaran a la lectura.
Sabía que un buen escritor agarra al lector desde las primeras
palabras. Los lectores esperaban ese diálogo semanal, polémico, que seguía
el pulso de la noticia, o de la controversia o de la reflexión, o del
humor. Aunque algunas veces se desplumaban, pero sin perder elegancia.
Algunas columnas permanentes de impacto fueron las de Manuel
Méndez Ballester, Luis Rechani Agrait, Rafael Castro Pereda y
Salvador Tió,entre otros.
Castañeda creía en el pluralismo de ideas, en la avidez por
conocer
la verdad, entendía que la libertad de expresarlas consolidaba la democracia.
Castañeda lo expresó de esta manera: “por tener ideas propias, no hay que
temer a las ideas ajenas y de ahí la trascendencia que tiene el flujo de
información libre y el pluralismo de los periódicos con vistas al afianzamiento
de la democracia.”
Esa pasión y respeto por las ideas también las compartia
mi padre cuando escribió “se escribe con libertad, o no se escribe, el escritor
es la pasión por la verdad”.
Y podría añadir que esa visión ética y estética de
Castañeda eran también su preocupación y su misión,
sin esa visión no hubiera podido sobrevivir la borrosa frontera entre el
negocio y el periodismo. Entre el fanatismo y la pasión partidista, porque
entre nosotros sabemos que en última instancia,la libertad de prensa la
poseen los dueños de los periódicos. como decía mi
padre" Grandeza hay en su misión, miseria en su sumisión".
Hoy día no puedo dejar de comentar la crisis que sufren la
prensa escrita y digital a nivel mundial, es oportuno señalar que el PEN
INTERNACIONAL celebrara en los próximos días en Islandia su Congreso # 79
en el que reconoce que existen serios problemas de libertad de
expresión en muchos de los grandes poderes mundiales. Una troika de leyes
inaceptables en Rusia. Estados Unidos encabezando una explosión de vigilancia
que continúa retrasando a los dos siglos de avances en reglamentos relacionados
a los temas de privacidad y libertad de expresión en la prensa escrita , y
sobre todo en la digital , Y la alarmante y terrible situación en
China en que han creado 50 mil puesto de policías cibernéticas logrando
encarcelar a mas de 50 escritores chinos .
En nuestras aguas algunas veces mansas otras veces
turbulentas , llenas de remolinos, marejadas de la política
puertorriqueña supo navegar Castañeda. Y pienso que en gran medida se
debió sobre todo a que las personas entendían y respetaba su talentosa labor
periodística, su pasión por el periodismo, era un periodista en todo el sentido
de la palabra. Le dieron dar espacio para actuar y demostró su vocación y sus
convicciones. Y como expreso
Edgardo Rodriguez Julia, ”ennobleció un proyecto que pensó y
meditó.”
Se jubiló, pero nunca se retiró, por sus venas corría tinta,
estaba hecho de palabras, no era que él las seguía, eran ellas los
que lo habitaban, por eso mantuvo su misión de médico de periódicos
dando charlas por el mundo, ofreciendo consejos para levantar
periódicos en crisis, en America Latina en Europa. Ofrecía
charlas en universidades para hablarles a estudiantes de diseño o de
periodismo, creando escuela, propagaba la necesidad de transformar
un periódico de letras a un periódico de imágenes, pero importante con
raíces en la comunidad. Y esto es un reto, porque esa fórmula hay
que saber hacerla, se dice fácil. pero en manos del que no tenga sentido
histórico, compromiso social ,y amor y respeto por la palabra, puede deformarse
y el resultado ser diseñar un periódico simplón y sin substancia
.
Este libro no es sólo útil para dueños de periódicos, periodistas,
también para diseñadores de revistas literarias, para los que trabajen
con la imagen y la palabra, para los que quieran comunicar ideas..
No
nos extrañe que se haya casado con una maestra de
español, Lillian y que su hija Eileen sea artista ceramista
que trabaja la imagen con sus manos, esa visión estética la hereda
y la vive con generosidad y compromiso.
Por eso existe una Fundación Carlos Castañeda que se dedica a dar becas
a estudiantes de PERIODISMO, haciendo hincapié como requisito
indispensable en la importancia del español, que es el instrumento de
trabajo del periodista y que es la máxima señal de identidad de cualquier
país.
La palabras deben ser fiel retrato de lo que somos, es
importante hacerla coincidir con nosotros mismos, de ahí su vocación, y la
consistencia de unas ideas a través de toda una vida. Carlos
Castañeda, hizo coincidir sus palabras consigo mismo, desde ellas edificó
su vida y dejó un legado y la defensa de un periodismo
libre. Como parte de sus preceptos dejó otra herencia que no caduca,
y es inseparable de un buen periodista, la del respeto y amor
por esta gran lengua que es la máxima señal de identidad de un país y que
fue de muchas maneras también su patria , la geografía de su espíritu,
las palabras fueron antídoto ante el destierro. Fueron su hogar, su
raíz y su semilla, donde quiera que iba . Y dio frutos.